En pasado martes tuvo lugar un concierto en Madrid que dejó con la boca abierta a más de uno. María Rodés presentaba su segundo trabajo, Sueño triangular, publicado en 2012 y con unas críticas tan buenas como las de su primer trabajo Una forma de hablar.

Ver a María en directo es una gran experiencia, porque es de esos músicos que crea una atmósfera muy personal sólo con su voz. Y aunque se acompañó de cinco músicos, no perdió el protagonismo ni un solo instante, a pesar de lo difícil que se lo pusieron sus compañeros. Guillem Caballero al teclado y sintetizador y Maru di Pace al arpa, la guitarra y el guitalele, destacaron por unas interpretaciones brillantes, sin las que hubiera sido imposible crear el sonido del que se inundó la sala. Jordi Casadesús a la guitarra, Jordi Turrents a la batería y Miguel Serna en el bajo completaron el conjunto. Sonaba tan redondo que parecía que la sala tuviera una bóveda.

Además de interpretar las canciones de su último disco, María versionó algunas otras como Noi coix, de Anímic, y Empezando a terminar de Jano Seitún, haciendo buenos los buenos temas sin perder un ápice de su estilo. Tras los bises, la de Barcelona se fue dejando a su espalda una música llena de texturas y planos sonoros tan bien pensados como realizados.

Fotógrafo:  Alberto Martín 

Autor: Esther Martín